miércoles, 9 de mayo de 2012


Aparato respiratorio y funciones


La principal función del aparato respiratorio es la de incorporar oxígeno del aire ambiental, necesario para el metabolismo celular, y eliminar el dióxido de carbono que se produce en esos procesos metabólicos.

El aparato respiratorio está formado por las fosas nasales, la faringe, la laringe, la tráquea, que se divide en dos bronquios: el derecho, que entra en el pulmón derecho, y el izquierdo que entra en el pulmón izquierdo. Los bronquios se dividen en bronquiolos dentro de los pulmones, y se distribuyen por los lóbulos de estos (hay tres lóbulos en el pulmón derecho y dos lóbulos en el izquierdo). Los bronquiolos a su vez se dividen en bronquiolos secundarios, que ventilan los distintos segmentos de los lóbulos, y finalmente, esos bronquiolos secundarios terminan en los alvéolos pulmonares. Los pulmones están rodeados por una membrana que se denomina la pleura o membrana pleural, que presenta dos hojas, una hoja parietal y una visceral.

El funcionamiento sincrónico de todas estas estructuras constituye la respiración, que consta de dos fases que se suceden cíclicamente, que son la inspiración y la espiración.
La inspiración es el proceso por el que el oxígeno entra en el organismo y llega a los alvéolos pulmonares. En ellos, mediante un mecanismo de difusión, el oxigeno se difunde a través de la membrana alveolar y se incorpora a los glóbulos rojos, mientras que el dióxido de carbono que estos traen desde las células del organismo realiza el proceso inverso y se incorpora al aire contenido en los alvéolos.
La espiración es la fase en la que el aire cargado de dióxido de carbono es expulsado al exterior.

Pero además de está función, en el aparato respiratorio se realiza otra función esencial para el ser humano, que es la emisión de voz o fonación. Esta se efectúa gracias a unas estructuras situadas en la laringe, que son las cuerdas vocales.

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